14 octubre 2013

Siento que vivo.

La muerte genera recelo y paradojas en todas sus acepciones. Los cadáveres son adjudicados al morbo. los cementerios, al recuerdo. Los cuerpos descienden con la intención de q las almas asciendan. La putrefacción, la descomposición, el olor nauseabundo, los gusanos, todo nos produce asco. El dolor de una pérdida es incomprensible. Los colores sucumben con el luto.
Desde siempre, el inevitable perecer es una de las cuestiones más temidas por los mortales… Sin embargo, no existe sensación más lúgubre,  escalofriante y aterradora que la de descubrirse vivo.

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