27 octubre 2013

deseo que el resto de mi vida sea un acto de bondad


se oye detrás del doble tapial
que da justo
con un colegio de nivel medio
el rugir de una voz inquebrantable entonando
alguna desgastada canción patria
dedicada a la bandera
a la nación
o algún héroe de cartón

y pienso
entre mis piernas
y mis olores

y en la radio algún patriarca
asesinó a su mujer-objeto

y en la tele algún mediático
habló del lifting

y en el diario
tres pibitos se consumieron gracias a la tranza con el gobernador

observo el humo:
todo se incendia /se apaga / se incendia

observo la coneja
invadiendo mi ecosistema
me observo
me tiemblo
me agoto

reveo los sinfines de parlanchines
coqueteando con la sangre
(enamorándola) y haciéndola suya,
para siempre

encuentro papeles antiguos
hacedores de fantasmas y ensueños
y revuelos

y me pregunto:
¿cómo fue posible
que ningún grito legitimo
apaciguó la capacidad
de seguir sonriendo?

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