me gustaba aburrirme con vos
quedarme sin palabras obsoletas,
mirarte a los ojos
y no sentir pesadumbre
pensando en todo o en nada
viviendo poco
viviendo nada
me encantaba pensarnos sin lengua
abrazando al cielo
destrozando los
prejuicios sexuales
revolviendo cada una de nuestras miserias.
en el hondo oscuro de nuestra carne
se encontraban deseos
perversos
– ni siquiera sabíamos de ellos –
imaginé al mundo mudo
y sonreí .
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