10 febrero 2014

noche que te vas sinsiquiera preguntarme


Qué desconcentrada estás
noche fugitiva,
noche turbia y
arremolinada.
No hay verso que te entienda,
no hay abrazo que te desintoxique
ni pañuelo que te desvele.
No existe mirada capaz
de enamorarte.
Corregís a
esos dos:
¡desfachatados!
¡inigualables!
Dedos largos, hambrientos y finos;
que se cruzan, se mezclan y se pierden.
Como las ideas,
como las olas,
como casi siempre.

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