Vibra la mesa y vibra el viento:
empiezo a temblar por lo que será.
Espero sea lo que todo el tiempo quise:
ese pedido de un abrazo mío
que te acompañe en esta soledad;
así como yo deseo
un suspiro tuyo, querida, acariciando mi hiel,
desmembrando mi cien. Justo ahora.
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