Me congestionó un toque. Es que sus piernas parecían árboles
gigantes ramificadas en el suelo árido. Quería enredarme en ellas; y vivir allí,
para siempre. Soñaba todo el día con eso: me imaginaba cabalgando entre su
piel, desmembrando su raciocinio acostumbrado al galán de turno. Dale dale con
el look; y cabeceaba; y lloraba.
Pero, ésas piernas no eran lo único que
me atolondraban. Adentro suyo había un espiral de sabiduría y buena espina que
entusiasmaba mi psiquis (acostumbrada a la mala yerba). Dale, seguí con el
look. Yo sigo llorando. Yo sigo esperando.
hoy pensé que te encontraría en algún Mundo
¡qué ingenuo!
mis pensamientos son sarcásticos
y mi vida un atropello de cuasimodo
¡a por tus magnolias
voy a ir!
y apagaré todos mis miedos
(¡qué ingenuo!)
salgo corriendo
y jadeo
desjadeo
desacomodo
me acomodo
desperté en medio de la noche
estaba lisérgicamente entumecido
entre luces y guirnaldas
entre hermosas damas
y hermosos hombres
seguí durmiendo
y el tiempo se estancó:
seguí soñando con tus árboles entre mis sábanas
y mis fluidos amotinados
(me amotiné)
atiné
desatiné
me excedí
corrompí
corrosi-corrono
Girondié con Oliverio
y terminé roto